Las estaciones en Japón son muchas más que cuatro; se cuentan hasta 72 microestaciones y cada una describe cambios casi imperceptibles que se producen a nuestro alrededor.
Cada mes, cada semana del año, cada día ocurre algo único; el ruido de las grullas anunciando que llega el frío, la calma de los meses de invierno, las primeras flores de los frutales, la temporada de las glicinias, el momento en que brotan los nenúfares y aparecen las primeras ranas, las libélulas de verano…
En el jardín, en la parte más amplia, tenemos un gran tilo. Estos días con la floración se produce uno de esos esperados momentos, el aroma del tilo lo invade todo; desde la calle donde aparcamos los coches por la mañana ya puede olerse. Es difícil describir un olor, las flores del tilo no huelen como otras flores, no es un olor identificable como el de la gardenia, el jazmín o la rosa…es un perfume. El tilo cuenta ya con una corte de admiradores que acude cada año a pasar un rato bajo sus ramas.
Lo que mas emoción provoca de estos momentos es su carácter efímero, en unos días las flores maduran y caen al suelo cubriéndolo con un manto amarillo. El paso de las estaciones (o de las microestaciones) continuará…
The seasons in Japan are many more than four; there are as many as 72 micro-seasons, each one describing almost imperceptible changes around us.
Every month, every week of the year, every day something unique happens; the sound of the cranes announcing the arrival of cold weather, the calm of the winter months, the first flowers of the fruit trees, the wisteria season, the moment when the water lilies bloom and the first frogs appear, the summer dragonflies…
In the garden, in the central part, we have a large linden tree. These days, with the flowering, one of those long-awaited moments takes place, the scent of the linden tree invades everything; from the street where we park our cars in the morning, you can already smell it. It is difficult to describe a scent, the linden flowers do not smell like other flowers, it is not an identifiable scent like gardenia, jasmine or rose… it is a perfume. The linden tree already has a court of admirers who come every year to spend some time under its branches.
What is most exciting about these moments is their ephemeral nature: in a few days the flowers ripen and fall to the ground, covering it with a yellow mantle. The passing of the seasons (or the micro-seasons) will continue…