Oli.

Oli llego en una caja un mes de mayo. Un niño con un patito que había recogido en la calle frente al museo.

Se convirtió en nuestra sombra mientras regábamos en el jardín, o trabajábamos en el taller. La llamamos Oli (alguien decidió que era chica) porque apareció en la Avenida Olímpica.

Oli no paraba de crecer y se levantaba del suelo erguida de una manera muy diferente a la de un pato. Cada uno tenía una teoría, pero Google nos ayudó a identificar claramente a una cría de ganso salvaje. Para cuando lo supimos, Oli ya había decidido quien era su madre, su padre y los hermanos a los que atacar al primer descuido. Creamos una rutina de paseos por la mañana por el parque que rodea el museo para pastar, ante la sorprendida mirada de los vecinos. Empezó a nadar y poco a poco creció y le salieron unas preciosas alas. El paseo se transformó en vuelo rasante de vuelta al museo…

Cuando ya era adulta y nos dimos cuenta de que su tiempo con nosotros había terminado la llevamos a un lugar cercano donde un grupo de gansos vive junto a un lago. No hablo del “cielo de los gansos” (aunque si existe debe ser muy parecido) sino de un lugar real cerca del museo donde aún hoy, casi un año después, la visitamos y vemos cómo se separa del resto de gansos para venir a nuestro encuentro.

Oli arrived in a box one May. A boy with a duckling he had picked up in the street in front of the museum.

She became our shadow while we watered in the garden, or worked in the workshop. We called it Oli (someone decided it was a girl) because it appeared on the Avenida Olímpica.

Oli kept growing and stood upright in a very different way to a duck. Everyone had a theory, but Google helped us to clearly identify it as a baby wild goose. By the time we knew it, Oli had already decided who was his mother, father and siblings to attack at the first slip-up. We created a routine of morning walks in the park surrounding the museum to graze, to the amazed gaze of the neighbours. She began to swim and little by little she grew and sprouted beautiful wings. The walk turned into a gliding flight back to the museum…

When she was an adult and we realised that her time with us was over, we took her to a nearby place where a group of geese live by a lake. I’m not talking about ‘goose heaven’ (although if it exists it must be very similar) but a real place near the museum where even today, almost a year later, we still visit her and see how she separates from the rest of the geese to come and meet us.

Museo Bonsái Luis Vallejo
Av. Olimpica s/n . Arroyo de la Vega. 28701 Alcobendas.
Madrid

T. +34 91 765 20 41
bonsai@luisvallejo.com

Visita también: www.luisvallejo.com

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Horarios, contacto y suscripción

Abierto:
De martes a jueves y domingos de 10:00 a 14:00h.
Viernes, sábados y festivos de 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00
Lunes cerrado

Cerrado:
24, 25, 30 y 31 de diciembre.
1 y 6 de enero.
Julio y Agosto cerrado por vacaciones

Precio:

Entrada general 5€
Entrada reducida 3€ (niños de 5-15 años) jubilados y personas con discapacidad.

Grupos consultar bonsai@luisvallejo.com

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